El destete de la lactancia materna: Esta es la forma correcta de hacerlo
La lactancia no sólo nutre el cuerpo del bebé. Nutre sus emociones, les hace sentirse reconfortados y proporciona éxtasis a la madre. La Organización Mundial de la Salud y otras sociedades de pediatría de todo el mundo recomiendan que las madres den el pecho exclusivamente durante los primeros seis meses. Sin embargo, después se necesitan más nutrientes para el crecimiento del bebé.
De ahí que sea necesario cambiar a los alimentos sólidos o al destete. Aunque hay muchos consejos sobre cuándo empezar el destete, te diremos que no hay una edad adecuada para hacerlo. Eres tú y tu bebé quienes deben tomar las decisiones a partir de los seis meses. Cuando decidas dejar la lactancia materna, aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a hacer la gran transición con comodidad.
Capta las pistas
Puedes amamantar a tu bebé siempre que ambos estéis cómodos. Sin embargo, algunas señales de tu pequeño te indicarán que está preparado para los alimentos sólidos. Alrededor de ese momento y en cualquier momento posterior, puedes empezar a dejar de darle el pecho.
Los signos que nos preocupan son principalmente de desarrollo. Suelen aparecer alrededor del sexto mes. Sin embargo, el ritmo de desarrollo varía en los niños. Por lo tanto, lo mejor es tener paciencia y esperar a que tu hijo esté preparado.
Estas son las pistas en las que hay que fijarse
Puede sentarse recto sin ningún apoyo y mantener la cabeza erguida.
Ya no se resiste a llevarse la cuchara a la boca ni empuja la comida hacia fuera. Esto significa que ha superado el reflejo de tracción de la lengua y está preparado para tragar alimentos sólidos.
Sus habilidades motrices están decentemente desarrolladas. Pueden identificar y sostener cosas.
Expresan interés por los alimentos que se comen a su alrededor e intentan cogerlos y llevárselos a la boca.
Están inquietos durante las sesiones de lactancia.
Saber cuándo "no destetar
Aunque tú y tu bebé tenéis plena libertad para decidir cuándo dejar de dar el pecho, añadir el destete a vuestra rutina en momentos de estrés puede ser un error. Por lo tanto, asegúrate de que tú y tu bebé estáis bien de salud cuando decidáis destetar. Si uno de los dos está pasando por algún malestar físico, afrontar los cambios masivos del destete puede ser un reto.
Además, un cambio de vida importante, como un cambio de casa, el inicio de la guardería o la dentición, no es un buen momento para empezar el destete. Tu bebé ya tiene mucho a lo que adaptarse. Imponerle otro reto en forma de destete podría agobiarle y afectar a su salud emocional y física, lo que haría que el destete fuera agotador para ambos.
Además, comprueba cómo responde tu hijo al destete. Si le cuesta adaptarse y sigue resistiéndose a comer otros alimentos durante días seguidos, dale algo de tiempo. Puedes intentar el destete un poco más tarde.
Ve despacio
El destete gradual de la lactancia materna os da a ti y a tu bebé el tiempo suficiente para adaptaros a los cambios. Además, el destete lento evitará la congestión mamaria y las mastitis debidas a la obstrucción de los conductos. Lo más recomendable para el destete es dejar una sesión de lactancia cada semana.
Así no abrumará a tu hijo con un mar de cambios. Además, le dará a sus pechos el tiempo suficiente para adaptarse a la disminución de la demanda de leche, lo que conllevará una reducción de la producción.
Abandonar una sesión de lactancia no significa necesariamente que tu hijo no vaya a recibir leche materna durante ese tiempo. En lugar de amamantar, puedes extraer la leche materna y dársela.
La extracción de leche se ha vuelto más cómoda que nunca gracias a los sacaleches portátiles y portátiles de MomMed. Aunque esté conduciendo, cocinando o trabajando en la oficina, siempre podrá tener leche lista para su pequeño.
Si tu michelín aún no ha celebrado su primer cumpleaños, no le des leche de vaca en sustitución de tu leche materna. Dale leche de fórmula o extrae la leche en un biberón. Al cabo de un año, puedes sustituir la sesión de alimentación por leche de vaca o por una merienda saludable.
Facilita las cosas a tu hijo
El destete de la lactancia materna también es un reto emocional para tu hijo. Por tanto, no seas rígida con tu rutina de destete. Asegúrate de que tu bebé se sienta cómodo y ayúdale a adaptarse espontáneamente a la rutina.
Prueba lo siguiente:-
Distráele: si has abandonado una sesión de lactancia y ves que tu hijo tiene ganas de ser amamantado, ofrécele distracciones en forma de juguete, cuéntale un cuento o llévale al parque. Inicia una actividad que desvíe su atención. Con el tiempo, se olvidará de su necesidad de ser amamantado.
Intercambio de responsabilidades: Aquí es donde haces que tu familia forme parte de tu viaje de destete. Si dejar de dar el pecho a la hora de dormir o de despertarse te parece difícil, deja que tu pareja o tus padres duerman o despierten a tu bebé.
No poder amamantar contigo a tu lado es duro para el bebé y puede ponerle de mal humor. El hecho de no tenerte a su lado le transmitirá el mensaje de que su demanda no puede ser satisfecha. De este modo, se acostumbrará a no pedir el pecho por la mañana o durante las horas de sueño.
Cambia la rutina: Si has decidido abandonar una sesión de lactancia y dar el pecho durante ese tiempo, es posible que tu bebé tenga rabietas al aceptar el biberón de tu parte. En ese caso, debes intentar cambiar el lugar habitual donde se alimenta.
Múdate a otra habitación y prueba una nueva posición. Dado que su mente está entrenada para asociar personas y lugares concretos con actividades específicas, cambiar eso ayuda a una transición más suave.
Dale muchos mimos: Para compensar la pérdida de contacto físico debida al destete, consiéntelo de todas las maneras posibles. Pasa tiempo de calidad con tu pequeño. Cuéntele cuentos, cántele, juegue con él y llénelo de abrazos y mimos.